La apendicitis es una condición caracterizada por la hinchazón o inflamación del apéndice debido a una obstrucción, lo que puede suceder a cualquier edad. Se presenta más comúnmente en personas entre 5 y 35 años de edad. En raras ocasiones se produce en niños menores de 2 años de edad.

La peritonitis es un cuadro clínico caracterizado por la inflamación del peritoneo -una membrana suave que recubre las paredes abdominales internas y los órganos dentro del abdomen-, debido a una infección bacteriana o micótica (hongos). La peritonitis también puede ser el resultado de una rotura (perforación) en el abdomen o de una complicación de otras enfermedades.

La colelitiasis es una condición clínica que describe la presencia de cálculos o piedras en la vesícula. Se estima que 1 de cada 10 adultos desarrollará piedras a lo largo de su vida y que las mujeres, durante su etapa fértil, tienen una prevalencia tres veces mayor a la de los hombres.

La vesícula biliar es un órgano ubicado debajo del hígado, que almacena la bilis, sustancia que el cuerpo utiliza para digerir las grasas en el intestino delgado. Cuando la vesícula se inflama e irrita repentinamente, ocurre una condición que se conoce como colecistitis aguda. Esta situación se caracteriza por causar un dolor abdominal intenso.

Se entiende por Litiasis biliar la formación de cálculos en las vías biliares. Cuando estos cálculos se encuentran en la vesícula el cuadro clínico se denomina colelitiasis, mientras que cuando están en el conducto biliar se denomina coledocolitiasis.

Llega octubre y comenzamos a hablar de cáncer de mama y sus posibilidades de prevención. Pareciera que sólo pensamos en ello en este momento del año, cuando debe ser todo el año. Cifras de la base de datos del Registro Hospitalario de Cáncer del Instituto Oncológico Nacional (RHC -ION) indican que 741 nuevos casos de cáncer de mama se registraron en 2017, sólo en esta institución. Este tipo de cáncer se ubica entre uno de los primeros de mayor incidencia en el país. Su número de casos aumenta cada año y aunque sigue siendo alarmante, se debe principalmente a un mayor número de diagnósticos tempranos, que permiten un manejo más adecuado y a tiempo, incidiendo positivamente en la sobrevida de las pacientes.